En esta ocasión me ocuparé de una de las zonas que, aparentemente, podría resultar más monótona desde el punto de vista litológico, ya que su composición es fundamentalmente granítica, si bien, resulta ser muy interesante desde el punto de vista geomorfológico, estructural e incluso litológico; se trata del sector occidental de la provincia de Ávila. Esta zona, geográficamente está ubicada en la región central de la Península Ibérica, concretamente en límite sur de la Meseta Norte española, geológicamente, corresponde a una porción del zócalo cristalino, ubicado en la zona central del Macizo Hespérico.
La geomorfología de la zona está determinada por elementos estructurales producidos durante el Hercínico y la fase distensiva de la Orogenia Alpina. En líneas generales, se pueden diferenciar los siguientes dominios:
De todos ellos, solamente me centraré en aquellos cuyo representación morfológica resulta ser más espectacular, si bien no puede entenderse el conjunto dejando de lado el resto de los sectores.
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Desde el punto de vista litológico, se pueden distinguir los siguientes dominios:
El Bloque Cristalino de Avila está compuesto por granodioritas-adamellitas de textura porfírica y por granitos de dos micas. El conjunto plutónico presenta diques y haces de diques que están compuestos por pórfidos graníticos, episienitas, cuarzos y diabasas.
La ruta comienza desde Ávila en sentido W hacia la Fosa de Muñico. Los primeros elementos de interés que aparecen corresponden al Bloque de Martiherrero y más adelante la Rampa de Altamiros, a continuación, hacia el sur, nos desviaremos para entrar en la Depresión de Sanchorreja. A mitad de nuestra ruta podremos aprovechar para realizar un par de paradas, la primera en Chamartín, donde podremos visitar el Yacimiento Arqueológico de la Mesa de Miranda, que corresponde a un asentamiento de la Segunda Edad de Hierro (S. V a S. II a.c); algunos kilómetros más adelante, cerca de Cillán, tenemos el Yacimiento de Los Henrrenes, de edad mucho más reciente, concretamente del Alto Medievo.
Desde el Yacimiento de los Henrrenes, ya podemos observar la Fosa de Muñico, donde nos encontramos con tres elementos geomorfoestructurales:
Los Montes Isla de Solana de Rioalmar, al norte y la Sierra de Ávila (horst), al sur, se encuentran delimitando la Fosa de Muñico. La formación de los Montes Isla de Solana, es consecuencia de una erosión diferencial y sobre todo, a que estos relieves quedaron elevados cuando se originó la Depresión de Muñico y la Cuenca del Duero, esta última formada en la fase distensiva del ciclo alpino. Los montes isla de Solana consisten en tres resaltes topográficos de distinta entidad cuya composición básicamente corresponde a pizarras y cuarzo.
En la propia Fosa de Muñico (un graben), podemos apreciar de forma más precisa las pizarras del Ordovícico en varios afloramientos situados en la carrereta que se dirige hasta Cabezas del Villar y la que, atravesando el Horst de la Sierra de Ávila, llega hasta Muñana que está en el extremo norte del Valle de Amblés.
En las siguientes fotografías podemos observar un detalle de estos materiales metamórficos con un buzamiento general aproximado de 50°, donde podemos observar dos fases tectónicas, de la misma forma que podemos observar en las pizarras el crecimiento de masas de cuarzo en fisuras y pliegues.
Continuando con la ruta, seguiremos hasta la Rampa de Mirueña. Se trata de un bloque que conecta la Sierra de Ávila en el sector occidental y la Cuenca del Duero. Podemos ver que se trata de una superficie relativamente plana, con la existencia de algunos escalones. En la fotografía inferior central tomada en las proximidades de Mirueña de los Infanzones podemos distinguir, al fondo, la localidad de Peñaranda de Bracamonte, ya dentro de lo que es la Cuenca del Duero. Se aprecia una superficie básicamente plana desde el punto donde nos encontramos hasta Peñaranda, si nos desplazamos hasta Gallegos de Sobrinos, por ejemplo, al punto denominado Fuente Ruana (materiales metamórficos) situado a una altura aproximada de 1195 mts.
Desde el Alto de Fuente Ruana, se observa una ruptura brusca de pendiente en unos 500 mts hacia el norte para continuar en un suave descenso constante hasta Peñaranda de Bracamonte; la zona W se encuentra delimitada por el río Navazamplón cuyo curso actualmente no es continuo, que sigue un trazado practicamente rectilíneo, lo que sugiere un encajamiento a favor de una de las fracturas que existen en esta zona, se trata de un valle encajado, cuyas laderas son disimétricas.
En la siguiente fotografía, tomada en el término de Gallegos de Sobrinos (al fondo), se puede observar un arroyo que vierte al río antes mencionado, cuyo trazado en prácticamente rectilíneo, lo que sugiere un encajamiento a favor de otra fractura, este encajamiento se hace más profundo cerca de la confluencia con el río. En este caso las laderas son prácticamente simétricas.
En esta misma zona, cuando se dan temperaturas por debajo de cero, se pueden observar otros fenómenos como son los suelos almohadillados. Este fenómeno se produce en algunas zonas próximas al río donde el suelo se encuentra saturado en agua, cuando el agua contenida en los poros se congela, se producen una serie de abombamientos en el suelo de tamaño centimétrico que dan un aspecto almohadillado al conjunto. Hemos de tener en cuenta, que toda esta zona es de composición granítica y lo que tenemos es un lehm -residuo que queda consecuencia de la meteorización del granito, fundamentalmente arcilla y cuarzo, altamente poroso.
Desde aquí volveremos hacia atrás hasta Muñico, para tomar la carretera que lleva hasta Muñana atravesando la Sierra de Ávila. En las siguientes fotografías podemos ver dos muestras del Horst de la Sierra de Ávila, en la fotografía de la izquierda vemos un afloramiento donde podemos apreciar la forma domática de la estructura que se encuentra delimitada por dos fallas, la que discurre por Depresión de Muñico y la que discurre por el Valle de Amblés.
En esta otra fotografía podemos observar un detalle de la roca granítica que forma toda esta zona, existe un detalle que merece ser destacado, la existencia de autolitos -son fragmentos de roca de grano más fino, más básica y cogenética (más información ).
Proseguiremos hasta el Valle de Amblés, en cuyo extremo norte, al pie de la Sierra de Ávila se encuentra Muñana. El Valle de Amblés visto desde arriba presenta una forma romboidal cuyo máximo ancho lo alcanza en esta zona, siendo de unos 10 Kms. aproximadamente. Se trata de un graben formado por esfuerzos distensivos en el ciclo Alpino, este graben se encuentra delimitado por varias fallas con direcciones E-W, ENE, NNE y WNW. A lo largo del Valle, se pueden distinguir estructuras que consisten en escarpes de falla y líneas de escarpe de falla (no confundir con escarpe de falla que consiste simplemente en el escalón existente entre los dos bloques que se han movido -control tectónico- el levantado y el hundido. En el caso de la línea de escarpe de falla, se trata de una erosión producida sobre una falla antigua, la diferencia reside en que está última forma no tiene un control tectónico, sino que la erosión es quien lo determina). A tenor de lo indicado vamos a tener a ambos lados del Valle laderas cuya ruptura de pendiente es muy fuerte.
En este punto termina el recorrido por la zona, no sin haber dejado varios puntos muy interesantes, como es la Paramera. La Paramera en una de la sierras que limita con el Valle de Amblés cuya superficie granítica se encuentra arrasada por fenómenos de periglaciarismo. También he dejado de lado formas como los bolos graníticos (en la fotografía inferior izquierda) u otros procesos de periglaciarismo como es la gelifracción (en la fotografía de la derecha).
Bibliografía:
Herrero Matías, M. (1993). Anales de Geografía de la Universidad Complutense. Vol. 13, pp. 31-68. Madrid
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