Es la frecuencia con la que un río cambia de curso hacia un nuevo canal y depende de varios factores físicos, geológicos y ambientales. No hay una fórmula universal, pero el proceso implica evaluar parámetros relacionados con la dinámica fluvial, como la sedimentación, la pendiente, la carga sedimentaria y la capacidad de transporte del agua.
El estudio y monitoreo de las fallas submarinas ha avanzado significativamente con el desarrollo de una técnica innovadora que promete mejorar la capacidad de predicción de terremotos. Este enfoque, que combina sensores de alta precisión, análisis de datos en tiempo real y modelado geofísico, ofrece nuevas herramientas para entender los complejos procesos tectónicos que ocurren bajo el océano y que son responsables de algunos de los terremotos más devastadores del planeta.
Un abanico aluvial es una formación geológica en forma de abanico o cono que se crea cuando un río o corriente de agua, que transporta sedimentos, sale de una zona montañosa o de pendiente pronunciada y alcanza una superficie plana o de menor pendiente. Al disminuir la velocidad de la corriente, el agua pierde capacidad para transportar materiales, lo que provoca que sedimentos de diferentes tamaños se depositen progresivamente, formando una estructura en capas. Los materiales más gruesos, como grava y cantos rodados, suelen quedar cerca de la salida del cauce montañoso, mientras que los sedimentos más finos, como arena y arcilla, se depositan en las zonas externas del abanico. Los abanicos aluviales son comunes en regiones áridas y semiáridas y desempeñan un papel importante en la geomorfología y en el desarrollo de suelos fértiles en sus alrededores.
El wolframio (tungsteno) es un elemento metálico que frecuentemente se encuentra asociado a diques de cuarzo de origen hidrotermal, especialmente en ambientes de mineralización vinculados a actividad geotérmica y tectónica. Los diques hidrotermales son cuerpos tabulares de cuarzo que se forman a partir de fluidos hidrotermales ricos en minerales que rellenan fisuras en las rocas encajantes. En este contexto, el wolframio suele aparecer en forma de minerales como la wolframita que componen una serie isomorfa, con estructura monoclínica.
El día de ayer se produjo un evento climático catastrófico en España, en la zona de Valencia, algunas áreas de Castilla La Mancha, Aragón y Andalucía, causado por una "gota fría". No es algo que podamos achacar al cambio climático sino que es un evento que presenta cierta periodicidad.
El método para la clasificación de una roca ígnea debería seguir una serie de pasos lógicos de acuerdo a la composición mineralógica que presenta la roca. De acuerdo a esto deberían utilizarse unas clasificaciones u otras.
Aunque algunos medios tratan la noticia de forma un tanto sensacionalista, es mejor consultar la fuente original, es decir, la NASA, y leer el artículo completo publicado por el Jet Propulsion Laboratory. En él, la afirmación no es tan contundente como algunos medios sugieren.
El recién descubierto fósil de Bohemolichas incola, una especie de trilobites que vivió durante el período Ordovícico, proporciona hasta la fecha la fuente de información más detallada sobre la dieta y el modo de alimentación de los trilobites. Bohemolichas incola parece que se alimentaba indiscriminadamente de pequeños invertebrados bentónicos con concha, muy probablemente como carroñero más que como cazador activo.
Este tipo de roca en las edificaciones no pasa desapercibida por ser un granito con una zonación rojiza muy llamativa y característica. La ciudad de Ávila, con su impresionante muralla y sus monumentos históricos, es un destino que captura la imaginación de cualquier visitante. Sin embargo, más allá de su valor arquitectónico y cultural, Ávila alberga un secreto fascinante en las piedras que construyen sus edificios más emblemáticos. Este granito con zonaciones rojizas, conocido popularmente como "piedra sangrante", no solo embellece las estructuras, sino que también cuenta una historia rica en procesos geológicos y humanos.
Hoy nos encontramos en la Sierra de Gredos, en el sector occidental cuya geología resulta muy interesante, especialmente las migmatitas.
En el conjunto occidental de Gredos, el metamorfismo alcanzó su máxima intensidad en las últimas fases de deformación, dando lugar a la formación de migmatitas cordieríticas. También se encuentran granoblastitas con una asociación de cuarzo, sillimanita, biotita, cordierita y feldespato potásico. Estas rocas están asociadas a grandes masas de magmas graníticos calcoalcalinos que intruyeron en rocas previamente metamorfizadas y deshidratadas. Las condiciones mínimas de presión y temperatura fueron aproximadamente 4 Kb y 750 °C para PH2O inferiores a Pt. Se descarta que las migmatitas cordieríticas sean restitas de leucosomes graníticos, ya que su composición química es similar a la de esquistos y pizarras de bajo grado metamórfico.
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